LEYENDA CELTA DE LA BUENA SOMBRA
Los árboles eran el centro de los ritos más importantes en la cultura Celta y en torno a ellos existen muchas tradiciones que aun hoy en día siguen vigentes en nuestra tierra.
Los árboles sagrados de la Magia Celta son el tejo, el avellano, el serbal y el roble. Este último es el más importante de todos ellos por que simboliza el conocimiento y el poder y porque en él crece el muérdago, la planta sagrada de los Druidas....
Siempre que el roble no tenga mala sombra.
Los árboles eran el centro de los ritos más importantes en la cultura Celta y en torno a ellos existen muchas tradiciones que aun hoy en día siguen vigentes en nuestra tierra.
Los árboles sagrados de la Magia Celta son el tejo, el avellano, el serbal y el roble. Este último es el más importante de todos ellos por que simboliza el conocimiento y el poder y porque en él crece el muérdago, la planta sagrada de los Druidas....
Siempre que el roble no tenga mala sombra.
Lo oí contar muchas veces. El roble puede tener mala, o buena sombra dependiendo de si sus ramas están entretejidas de manera apretada y tupida. Si al proyectarse no tienen ninguna herida de luz –así me lo explicaron- es "buena sombra". Pero si las ramas dejan huecos y la sombra está rota o quebrada esa es "mala sombra".
Y esto se dice que tiene que ver con la tejedora que cada árbol tiene. Un ser especial que habita en sus entrañas, que lo cuida y trenza sus ramas. Ha de hacerlo en los días primeros de otoño mientras las ramas están menos cargadas para que cuando en la primavera las hojas se renueven, ese tejido no deje pasar la luz.
Dicen que si bajo el sol de medio día te refugias bajo un roble de "buena sombra" y antes de ninguna petición le das las gracias a la tejedora, con tus propias palabras, de manera sencilla, por la sombra en la que te has cobijado, te ayudará en algún padecimiento de salud que tengas.
Sólo has de abrazar su tronco. Buscar un hueco de los muchos que se forman en la corteza del roble, pasar la mano derecha por tu frente y meter la mano en el hueco del árbol imaginando que dejas tu enfermedad dentro de él mientras pronuncias este conjuro:
"Veño con o engaraño. E aquí o deixo".
("Vengo con el hechizo y aquí lo dejo")
FUENTE: A Cova da Meiga
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