Imagen: Josephine Wall, "Peacok Daze" |
A GAIA- PACHA-TIERRA
A ella, a la que me prodiga,
a la que me abriga,
... a la que me habita,
a la que me amanece,
a la que me anoche en ruidos silenciosos…
A ella, a la que me nutre,
a la que me presta sus cardinales límites
habilitando mis galopes y mis progresos,
a la que me avisa que ya basta,
que es hora del descanso
y entonces me acuna en su regazo…
A ella, a la que en un crepúsculo de primavera
me recibió con sus abrazos inmensos,
a la que agigantó mi primer llanto,
a la que amortiguó mi primera caída,
a la que multiplicó en soles mi primera sonrisa,
a la que me prestará su cama para el descanso final,
a la que me cederá su piedra para grabar mi epitafio:
Aquí yace una cazadora de atardeceres.
MERCEDES YÁÑEZ
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